lunes, 6 de junio de 2011

Un Mango estival


Sí, lo se. Esta es la mejor forma de autosdestruirse, o pasar de comunicar a incomunicarse totalmente.
Debe ser el mal de la hoja en blanco del escritor. O lo que es peor, no tener el menor interés por sentarte frente al ordenador en ciertos momentos de tu vida.
Pero vamos a hacer el intento de nadar contracorriente y volver al cauce del rio internauta.
De hecho, aunque no haya dedicado ningun post, puede asegurar que no he perdido la visión "cazatendencia" y me mantengo en la vida activa (aunque introspectivamente ay).
Dicho todo esto, y esperando que al menos la intención se traduzca también en una nueva serie de artículos también olvidados, pondré todos mis esfuerzos (intelectuales, dejadme guardar el resto) en volver a la normalidad.

Y así, es como en una tarde sosegada entré en una tienda de Mango, y descubrí un nuevo mundo de luz y color. Yo llevaba un tiempo pasando de largo su puerta porque las últimas temporadas no habían sido santo de mi devoción.
Pero este verano ha saltado la chispa. Quién puede resistirse.

En largo;








Y corto..



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